El paludismo es una enfermedad causado por un parásito Plasmodium, el cual es trasmitido por la picadura de un mosquito infectado. Sólo el género anófeles del mosquito transmite el paludismo. Los síntomas de esta enfermedad pueden incluir fiebre, vómito y/o dolor de cabeza. La forma clásica de manifestación en el organismo son «fiebre, sudoración y escalofríos» que aparecen 10 a 15 días después de la picadura del mosquito. Las muestras de sangre son examinadas con un microscopio para diagnosticar el paludismo, en donde el parásito es detectado dentro de los glóbulos rojos. Las pruebas de diagnóstico rápido (RDTs) son usadas para diagnosticar el paludismo en áreas remotas en donde el microscopio no puede ser utilizado.
Los parásitos Plasmodium vivax y P. falciparum son los más comunes en el paludismo, mientras que la P. malariae y P. ovale son parásitos menos conocidos. De todos estos, la infección adquirida por P. falciparum es la más fatal si no es tratada a tiempo y podría tener serias complicaciones renales y cerebrales, e inclusive la muerte. La Cloroquina fue el tratamiento de elección para el paludismo y es aún usado en la mayoría de los países para el tratamiento de P. vivax, sin embargo el parásito P. falciparum ha desarrollado una muy diseminada resistencia a éste medicamento, y actualmente se recomienda una terapia de combinación basada en la Artemisinina, como tratamiento principal contra este parásito. Entre las medidas preventivas se recomienda el uso de mosquiteros impregnados con insecticida y rociado interno residual de los insecticidas; sus funciones consisten en disminuir el riesgo de las picaduras de los mosquitos infectados.
- El paludismo es una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos infectados.
- El paludismo mata a un niño cada 2 minutos.
- En el 2015 hubo 212 millones de casos de paludismo causando cerca de 429.000 muertes, muchos de ellos niños africanos.
- En las Américas, hubo 568.000 casos de paludismo y cerca de 220 muertes fueron reportados en el 2016.
- El paludismo es prevenible y curable.
- Aproximadamente la mitad de la población mundial corre el riesgo de contraer el paludismo, sobre todo los residentes en países de bajos ingresos. En las Américas, se considera que 132 millones de personas viven en áreas de riesgo de contraer el paludismo.
- Son especialmente vulnerables quienes viajan de zonas libres de paludismo a zonas donde la enfermedad es frecuente.
- El paludismo supone una importante carga económica, pudiendo llegar a reducir en un 1,3% las tasas de crecimiento económico de países donde la enfermedad es frecuente.
El paludismo es causado por parásitos del género Plasmodium que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos infectados.
Hay cuatro tipos de paludismo humano:
- Por Plasmodium falciparum;
- Por Plasmodium vivax;
- Por Plasmodium malariae;
- Por Plasmodium ovale.
En 2022, el tema del Día Mundial del Paludismo es «Aprovechemos las innovaciones para reducir la carga del paludismo y salvar vidas». Por el momento, no disponemos de un instrumento que resuelva el problema del paludismo o malaria. La OMS pide que se invierta e innove en nuevos enfoques de lucha antipalúdica, medios de diagnóstico, tratamientos farmacológicos y otras herramientas para avanzar más rápidamente hacia el fin de la enfermedad.
Aunque la carga mundial de paludismo se redujo de forma constante entre 2000 y 2015, los progresos se han ralentizado o estancado en los últimos años, sobre todo en los países del África subsahariana con una carga elevada. Es preciso adoptar medidas urgentes y concertadas para que el mundo vuelva a estar en condiciones de cumplir los objetivos previstos para 2030 en la Estrategia técnica mundial contra la malaria.
A pesar de que el paludismo se puede prevenir y tratar, sigue ejerciendo efectos devastadores en la salud y los medios de subsistencia de las personas en todo el mundo. Se estima que, en 2020, se produjeron 241 millones de casos de paludismo en y 627 000 defunciones relacionadas con esta enfermedad. Más de dos tercios de los fallecidos eran niños menores de 5 años que vivían en la Región de África de la OMS.